IFEA, impulsa la cooperación científica con el área andina
Por Hernán Rodríguez
CUENCA, Ecuador (30/05/2024).- Iréne Favier, es desde agosto del año 2023 la Directora del Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA). Nacida en Montpellier, sur de Francia, docente de historia contemporánea en la Universidad de Grenoble, entre Lyon y Marsella en el sureste, cerca de la frontera con Italia. Especialista en historia extra europea, cuenta cuál es el trabajo del IFEA y entrega algunos sobre la institución de carácter científico. Visitó Cuenca con motivo de la entrega de una donación de publicaciones a la Biblioteca Víctor M. Albornoz, del Museo Pumapungo:
¿Qué es el IFEA, cuál es su misión, a qué se dedica?
El Instituto Francés de Estudios Andinos o IFEA es lo que llamamos en Francia un “laboratorio”, el título institucional es UMIFRE, es decir, un laboratorio que tiene unas tutelas un poco peculiares; en este caso el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), que es bastante común para un laboratorio, pero también el Ministerio de Asuntos Exteriores. Eso conlleva a una misión un poco especial, que se enfoca en la producción de conocimientos científicos y va de la mano también con la misión diplomática francesa. Lo entendemos nosotros más que todo bajo el término “cooperación”.
¿Qué tipo de conocimiento científico?, ¿qué tipo de estudios generan ustedes?
Nos basamos principalmente en ciencias sociales, si bien es cierto que nosotros llevamos 70 años trabajando y al inicio nuestras disciplinas abarcaban entre comillas las “ciencias duras”, ahora sí nos hemos enfocado más en antropología, geografía, historia, lingüística y arqueología. Esas son como el corazón del IFEA.
¿Cuántas publicaciones hasta el momento tiene editadas el IFEA?
Bueno, son varias centenas de publicaciones, el dato exacto no lo tengo, pero está en el catálogo que se encuentra en línea fácilmente, pero son centenas. A lo largo de sus 70 años el IFEA empezó a publicar monografías a partir de 1972, con su revista científica que se publica hasta ahora y es una referencia, se llama el “Boletín del Instituto Francés de Estudios Andinos”, o el BIFEA y nosotros estamos por publicar el año 53. Hay -dependiendo de los años- entre 2 y 4 publicaciones del Boletín, es una revista que se va indexando.
¿Por qué el interés de Francia de instalar un Instituto de esta naturaleza en AL?
Fundar una institución científica en el Perú, que abarque a los demás países andinos, se concibió de la mano o entre peruanos y franceses al inicio, para propiciar una cooperación que ya se iba dando. Por ejemplo Jehan Vellard que tenía un puesto en la Universidad Católica de Lima, Julio C. Tello le encontró interés a esta perspectiva, se va trabajando cada vez más en el Instituto el tema de la historia, de la arqueología y es bastante interesante, porque como bien lo ha demostrado la historia de la ciencia, uno se da cuenta de que a parte del gusto por la ciencia pura, que también existe, había consideraciones contextuales, entonces para los peruanos era también una manera de proponer un contrapeso a la influencia estadounidense en el campo de la arqueología. Uno se va dando cuenta, buscando un poco en los archivos, que estos centros de investigación también tienen una historia, la cual merece excavarse.
¿Qué fondos reciben, solo del gobierno francés?
La mayoría de nuestro presupuesto proviene de dos fuentes. La principal que es el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, que también recluta a investigadores, tenemos 2 en Bogotá, somos 2 en el Perú. Y la segunda fuente es el CNRS, con un especialista de historia y antropología en La Paz. El trabajo del día a día de los investigadores es buscar fondos para proyectos, los cuales al inicio eran casi exclusivamente franceses, ahora europeos. Con el tiempo se ha generado en Colombia, o en el Perú, una herramienta bastante interesante, que son los fondos Ecos Norte, que a nuestro juicio participan un poco de este afán de producir cooperación entre ambos gobiernos y este Ecos Norte es financiado tanto por el CONCYTEC, en el caso peruano, como por las autoridades francesas. Esa me parece también una buena manera de llegar a una cierta forma de reciprocidad y de poner a los dos países, Perú y Francia, al mismo nivel, tanto de financiación como de producción científica, que eso ya era el caso antes.
¿Dónde están ubicados?
La sede en Lima, está en Barranco, un distrito cerca del océano, Jirón Batalla de Junín 314, frente a la parte del malecón que está abierta sobre el océano, junto a un pequeño parquecito, es un ambiente muy agradable, nos legaron una casona espectacular magnífica, un benefactor peruano que tenía la arqueología como su pasión, se llamaba Carlos Brignardello, también con su fortuna se pudo renovar la casona y transformarla de un espacio privado en un espacio público. Tenemos una librería, una biblioteca, abiertas de forma ininterrumpida y de forma gratuita, que cuentan con recursos virtuales y con espacios muy bonitos, que se convierten en sitios de eventos y con unas salas, que hospedan tanto nuestras ediciones, como nuestros espacios administrativos y también espacios de trabajo y de reunión. Esta es la base, nuestra casa. El que pase por Lima es bienvenido. Aparte de nuestra base, de nuestra casa, contamos con antenas en Bogotá, en la Embajada de Francia y en convenio la UNAL, puede acoger a estudiantes de paso en los locales de la UNAL. En La Paz y en Quito alquilamos un pequeño despacho IRD que es el Centro de Investigación y Desarrollo Francés, lo que nos permite trabajar. También estamos en conversaciones con la FLACSO, nuestro doctorando fue acogida por ellos, también hablamos con la Universidad Andina Simón Bolívar, para ver que tipos de proyectos se podrían desarrollar, la idea es acoger tanto como podamos a los practicantes que vengan de Europa o de otras partes de la Región Andina. Contamos con peruanos que hacen sus estudios en Quito o con ecuatorianos que van a hacer trabajo de campo en Colombia y viceversa. Lo nuestro, como enfoque científico, es lo transnacional. Esas pequeñas etapas, esas pequeñas antenas, permiten promocionar este enfoque, que es de cierta forma nuestro toque científico.
¿Cómo se accede al apoyo del IFEA?
Tenemos una editorial, con un operario a tiempo completo y otro a medio tiempo, dos personas en total, un Comité Editorial, que está agilizando sus procesos. Cada persona que presente su manuscrito al IFEA tiene una respuesta en 3 o 4 meses. El proceso de la producción de un libro tiene un poco más de tiempo, pero la respuesta se ha agilizado definitivamente. Eso en cuanto a la imprenta. Nosotros tomamos y apoyamos el proceso de edición en su conjunto, salvo si alguien quiere añadir papel a color, o una edición un poco especial, en cuyo caso sí hay que apoyar con fondos. Si no para un libro clásico, blanco y negro, nosotros tomamos a nuestro cargo todo el proceso editorial. Adicionalmente, contamos con un dispositivo de becas, tanto para los que vienen de Europa a realizar sus trabajos de campo, o para el caso de varios latinos que están inscritos en doctorados en Francia, ellos también son elegibles para este tipo de beca, pero el corazón de nuestro dispositivo son las Becas Andinas, para los investigadores profesionales como para jóvenes, siendo el límite el doctorado. Proporcionamos una beca que permite realizar un trabajo original, de campo, en el ámbito arqueológico, antropológico o archivístico en el caso de la historia, por ejemplo. Han bajado un poco los montos de las becas, pero siguen siendo atractivas para los solicitantes, porque financian trabajos entre dos a cuatro meses en promedio. Los montos varían entre los 350 euros hasta los 900 euros mensuales durante el tiempo que duren las becas. Nuestro dilema es otorgar varias becas o reducir el número de premiados para aumentar los tiempos, este 2024 no hemos dado apoyo a becas de menos de dos meses. El promedio es tres meses.
¿Cuántas becas apoyan por cada convocatoria?
Del dossier de 100 postulaciones que se han presentado, hemos apoyado a una docena. Más o menos. Es un buen promedio. Los aplicantes son cada vez más conscientes del nivel de exigencia que se requiere. Todo está explicado en nuestro sitio web y hacemos una campaña de información previa. La postulación es en línea, pero también hacemos difusión de forma híbrida. Sesiones presenciales, orales, donde nos presentamos, se puede conversar con los postulantes sobre cómo conformar un dossier, que es lo que se recomienda, pero principalmente cumplir con los requisitos de la beca y conformar una investigación que se fundamente en una revisión extensa de la bibliografía, que problematice en base a una investigación original, con fuentes y trabajo de campo originales y que tenga una dimensión y claridad en su formulación, capacidad de síntesis y una capacidad reflexiva de lo que es investigación, como se conforma. Estamos muy abiertos a los aspectos deontológicos de la investigación que nos importan mucho.
¿Cuál es la investigación más importante que ha publicado o financiado el IFEA recientemente?
El año pasado, el 2023, antes de asumir como directora, era parte del comité editorial y publicamos un libro, que es como un “bestseller”, un clásico del IFEA. Se llama “Palabras clave de la cultura y la sociedad Inca”, de César Itier, un trabajo muy lindo, muy preciso, que toma conceptos en quechua y los analiza, hace como una excavación bibliológica de cada palabra, como ayllu, hace como una arqueología de cada palabra, tiene un toque foucaultiano, es una exploración que conlleva años de trabajo, décadas de trabajo. Promocioné el libro en la Feria de Lima y a pesar del número de páginas, es un libro exigente, pero se agotó en pocos meses y tuvimos que reeditarlo. Es un aliento para seguir publicando en el ámbito académico, porque muy a menudo se le reprocha a la academia la publicación de cosas muy difíciles de entender. Uno se va dando cuenta de que cuando hay una promoción, una conexión con las redes sociales, se leen y luego difunden en el You Tube, se generan buenas conversaciones y apoyo institucional y el libro termina llegando al público. Eso es para mí muy grato.
¿Qué posibilidades hay de establecer relaciones con Pumapungo para investigaciones?
Ecuador, como ya no contamos con un investigador en el sitio, queremos reforzar los enlaces. Sí me parece espectacular, porque Cuenca no está tan lejos del Perú y veo muchas conexiones con Cajamarca. Para 2025 nuestra residente investigadora en el IFEA, Catherine Lara, franco-ecuatoriana, tiene prevista una muestra itinerante sobre fotografía de los trabajos arqueológicos que realiza con unos colegas sobre la cerámica y sus circulaciones, lo que ella demuestra, que me parece muy interesante, es que antes de que existan las fronteras la cerámica iba circulando, no tenía fronteras. Esto no significa que no había zonas que se pudieran delimitar, con un trabajo arqueológico bastante preciso, pero sí se observa que había circulación. Cómo no hacer circular nosotros mismo esta muestra. Es uno de nuestros proyectos. La Embajada también quiere apoyar mucho lo arqueológico, entonces a ver que puede salir y concretar. También veo como uno de los puntos fuertes de las preocupaciones científicas de los colegas en el IFEA y también en el Ecuador, son los temas socio ambientales. Muchas preguntas y un trabajo de campo interesante. Tenemos una doctoranda que trabaja el tema del extractivismo petrolero en la Amazonía. Desde los 70-80 se impulsa desde el IFEA una corriente de trabajo sobre la Amazonía, que hace que nuestro título IFEA no solo abarca el tema andino, por la A, en realidad somos andinos, amazónicos, pero también costeros, caribeños, pero creo que el tema amazónico es prometedor.
¿Resulta fácil acceder al apoyo de las becas del IFEA?
En realidad, creo que es una profesión. Se necesita ponerse en contacto con nosotros, participar, conversar, que no son requisitos sino maneras de acercarse a nosotros, conocernos, que podamos conocer a los demás colegas y es a raíz de esos enlaces que se pueden construir los fondos. No sé si las palabras son en términos de fácil o difícil, es más bien un trabajo extenso, a veces un poco fastidioso, esto de buscar fondos, pero es una realidad global que todos los investigadores conocen. Lo que tratamos en el IFEA es de crear un medio ambiente de comunidad académica, en el que se pueden concebir proyectos. En el caso de los Ecos Norte, se han desarrollado desde el 2019, que es el año en el que se incluyen las ciencias sociales dentro de los proyectos elegibles para esos fondos, hay varios que se han financiado: el impacto del COVID en la Amazonía, la introducción de los animales europeos durante la conquista, la relación sobre arte y memoria en Colombia, hay posibilidades.
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