Los misterios del Cosmos

 

Por Hernán Rodríguez Girón

Especial para revista Qué Nota

CUENCA, Ecuador (24/08/04).- La palabra Cosmos, que es un sinónimo de mundo y de Universo, significa orden según los antiguos griegos y es precisamente lo contrario del caos o desorden.

Las investigaciones científicas de por lo menos los últimos 30 años han ido demostrando que ese aparante cosmos u orden universal no existe y que en contradicción aquello a lo que indentificamos también como "espacio exterior" es un lugar más bien caótico.

Un ejército de ingenios espaciales puestos en órbita de la Tierra o lanzados a los más distantes planetas del Sistema Solar, así como "ojos" y "orejas" gigantes instalados en distintos puntos del planeta han convertido al Universo en algo no tan misterioso.

Un misterio es algo inaccesible para la razón, que no se puede comprender o explicar y en cierta medida hace que las cosas adquieran un carácter sagrado.

¿Hasta donde podrá llegar la ciencia en su comprensión del Universo?. Todavía no se arriba al límite, el problema más bien radica en que cada puerta que logra abrir conduce a un nuevo misterio.

A pesar de esta infinita encrucijada, en la última década el Telescopio Espacial Hubble y el Telescopio de Rayos X Chandra, han mostrado a los ojos de los investigadores y del hombre común, el de la calle, imágenes nunca antes vistas del infinito.

Otro importante instrumento científico es el satélite Kobe, que permitió con una gran certeza determinar que el Universo se inició hace unos 15.000 millones de años de una manera violenta, muy caliente, confirmando la teoría del "Big Bam" o la "Gran Explosión", de la que se pueden observar sus remanentes las radioondas de fondo y otro fenómeno que los científicos llaman "arrugas en el tiempo". El silbido de la estática de la televisión cuando un canal deja de transmitir es un indicador de la presencia de radición que persiste desde la "Gran Explosión", hace decenas de miles de millones de años.

El telescopio Chandra, que orbita más allá de la influencia del cinturón de Van Allen, lleva el nombre del astrofísico Subrahmanyan Chandrasekhar, fue lanzado al espacio por la NASA en 1999 y desde entonces a descubierto la naturaleza de los agujeros negros, como se forman las galaxias y cual es el ciclo de vida de las estrellas.

Con una nitidez asombrosa, Chandra pudo observar y fotografiar el centro de nuestra galaxia, la Vía Lactea, en donde existen estrellas de neutrones y agujeros negros, enanas blancas y supernovas, a tan solo 25.000 años luz de la Tierra.

El médico griego Hipócrates decía "los hombres creen que la epilepsia es divina, simplemente porque no la entienden. Pero si llamaran divino a todo lo que no entienden, realmente las cosas divinas no tendrían fin".

Parafraseando a Hipócrates podríamos decir que en la actualidad muchos hombres siguen creyendo que el universo es divino simplemente porque no lo entienden. Pero Chandra, Hubble y muchos otros instrumentos más han contribuido a demostrar que al menos en nuestro vecindario estelar nada es divino, por el contrario el caos es omnipresente.

Por ejemplo, el destino final de nuestra galaxia dentro de algunos miles de millones de años será su choque violento contra Andrómeda, una galaxia vecina mucho más grande que absorverá a la Vía Láctea. En ese choque, el Sistema Solar será lanzado a salvo al espacio o destruido irremediablemente.

El telescopio espacial Hubble fue bautizado así como un homenaje al astrónomo Edwin Hubble. Lanzado en 1990 orbita la Tierra cada 97 minutos enviando imágenes nítidas sobre los planetas vecinos al nuestro, o sobre galaxias a 12.000 millones de años luz de la Tierra, casi en los orígenes de la "Gran Explosión".

¿Pero, cómo llegamos hasta aquí?. La contribución de decenas de científicos durante casi 500 años en sus afanes de aproximarse a la verdad es innegable. Entre los más destacados están Nicolás Copérnico que en 1543 afirmó "como sentado en un trono real, el Sol rige a la familia de planetas que giran en torno a él", poniendo de cabeza a la astronomía, que hasta entonces aceptaba las creencias geocéntricas tolomeicas y aristotélicas bendecidas por la Iglesia Católica.

Las teorías de Copérnico fueron comprobadas por Galileo Galilei en 1609, que intentó convencer a la Iglesia mostrándoles a sus obispos los cráteres de nuestra Luna y las lunas de Júpiter. La Santa Inquisición le obligó a admitir sus errores, bajo pena de muerte.

Después Johannes Kepler establece las tres leyes de los movimientos de los planetas, que no se desplazaban en círculos sino en elipses y en órbitas ovaladas.

Newton confirmó a Kepler formulando entre otras cosas la famosa ley de la gravitación universal. Su famoso descubrimiento de que un prisma separa la luz en los colores que la componen permitió el estudio de las estrellas mediante el análisis de su espectro.

William Herschel a su vez determinó que la ley de Newton se aplicaba también en planetas fuera del Sistema Solar.

Albert Einstein publicó en 1905 su teoría espacial de la relatividad, a los 26 años de edad y en 1916 publica la Teoría General de la Relatividad y dice que el espacio y el tiempo son curvos. Su ecuación E=mc2 dio acceso a varias naciones a la fuerza del átomo.

Finalmente, Edwin Hubble revolucionó el concepto de "cosmos" afirmando que todo en el Universo explota de una manera salvaje y aterradora y que las galaxias se alejan unas de otras a una velocidad cada vez mayor.

Como si de una ironía de la historia se tratara, los cohetes espaciales que han permitido vencer la gravedad de la Tierra y poner en órbita o enviar a otros planetas ingenios de investigación, fueron desarrollados en su forma práctica por los Nazis, que con su bomba volante V2 arrazaron Londres durante la Segunda Guerra Mundial.

Ya en nuestros días, indudablemente que el astrofísico más popular es el parapléjico británico Stephen Hawkins. Su confinamiento a una silla de ruedas no le impidió dejar volar su pensamiento, para teorizar sobre como se comportan los agujeros negros.

En Cuenca y en el Ecuador, la tarea de la astronomía se reduce a una labor informativa y educativa, como lo puntualiza el doctor Juan Cárdenas, director del Planetario de la ciudad.

"La investigación del cosmos con alta tecnología está concentrada en los países desarrollados que pueden dedicar de sus presupuestos nacionales cifras también astronómicas para esta exploración" afirma.

La diferencia con décadas anteriores es que el Internet desde hace 10 años a democratizado la información y el público en general puede estar al día en los últimos descubrimientos en el campo de la astronomía y de la cosmología, que es la ciencia que estudia el origen y el final del Universo.

La aplicación práctica en la vida cotidiana de las personas de la investigación astronómica, la explica Juan Cárdenas de la siguiente manera: "es una preocupación humana conocer su origen y su final y creo que la astronomía a dado respuestas parciales a esta inquietud humana".

También despierta la imaginación humana intentar saber si estamos solos en el Universo (la ciencia que estudia la vida fuera del planeta Tierra es la exobiología). Misiones como las Voyager 1 y 2 que exploraron los planetas exteriores del Sistema Solar, las Viking y más recientemente Spirit y Pathfinder a Marte, indican que al menos en el vecindario vivimos en el único planeta habitado. "Esto hace que la población tenga un gran conocimiento sobre astrología".

"El Planetario tiene 30.000 visitas al año. Cuando hicimos observaciones mediante telescopio de los acercamientos del planeta Marte, creíamos que la cola de gente iba para el estadio y en realidad venían al Planetario. Teníamos programada una sola charla con un video y aquel día tuvimos que repetir seis veces la función, por la demanda del público".

Los horarios de atención son de lunes a viernes desde las 08:00 a 13:00 y de 15:00 a 18:00, previa reservación llamando al teléfono 2815-601.

Para Carl Sagan "el Cosmos es todo lo que es o lo que fue o lo que será alguna vez. Nuestras contemplaciones más tibias del Cosmos nos conmueven: un escalofrío recorre nuestro espinazo, la voz se nos quiebra, hay una sención débil, como la de un recuerdo lejano, o la de caer desde lo alto. Sabemos que nos estamos acercando al mayor de los misterios".

Entonces porqué enfrentar una tarea tan abrumadora como la de intentar entender lo que es el Universo y si estamos solos. Para Juan Cárdenas la respuesta radica en que "algunas cosas en él siguen siendo muy misteriosas y apasionantes, pero muchas cosas que estaban mezcladas con el mito y la religión han perdido su lugar. En el estudio del Cosmos es la ciencia la herramienta para sondear estas profundidades. Nuestra posición en el Universo es interesante porque hasta ahora no se ha descubierto vida fuera de la Tierra y esto hace que nosotros la veamos como un lugar maravilloso y único que es necesario conservarlo. Hay una frase de un astrónomo que es interesante y dice: si es que somos los únicos en el Universo, en tanta grandiosidad, qué desperdicio. Pero si es que hay más como nosotros, cuanta miseria".

Conmovedor. Pero nosotros hijos e hijas del Cosmos que nos hacemos llamar seres humanos o "humanes", somos quizá un misterio mayor que nuestro padre. Luego de los acontecimientos del 11 de septiembre en Nueva York, del 11 de marzo en Madrid y sus réplicas de venganza en Afganistán e Irak, hemos demostrado que no somos capaces de aprender nada. ¡Cuánta grandiosidad!, ¡qué miseria!.

 

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