Declaración de Cuenca: la paz siempre es una buena noticia
Aguasto Ramírez Ocampo, Colombia. Daniel Prieto Castillo, Argentina
Publicado en el suplemento “Catedral Salvaje” de Diario El Mercurio, el domingo 4 de agosto de 1996, páginas 4 y 5.
CUENCA, Ecuador (4/08/06).- Daniel Prieto Castillo visita Cuenca; es uno de los investigadores más importantes de América Latina, con su trabajo sobre la comunicación alternativa. Actualmente se desempeña como secretario académico de la Universidad Nacional del Nuevo Cuyo, en su ciudad natal, Mendoza, Argentina.
Prieto Castillo fue uno de los conferencistas durante la “Reunión Técnica sobre Paz, Tolerancia e Integración: el papel de los medios de comunicación”, realizado en el Hotel Oro Verde y organizado por la UNESCO y la Universidad del Azuay, el 30 y 31 de julio de 1996.
Daniel Prieto nació en Mendoza (1949. Es licenciado y profesor de filosofía, además de doctor en comunicación social. Desde la década de 1960, ha trabajado en la intersección entre comunicación y educación, desarrollando proyectos en universidades y espacios de educación no formal en América del Sur. Pionero en la reflexión sobre comunicación alternativa, con obras como Retórica y manipulación masiva (1977) y Discurso autoritario y comunicación alternativa (1978). Ha publicado más de 40 libros en distintos países. Colabora con la UNESCO y trabaja en iniciativas de educación a distancia. Conversa sobre comunicación y paz, Internet y la globalización:
¿Cuál es la importancia de reuniones como la actual?
Estas reuniones tienen tanta importancia que, en realidad, cada vez que se las hace uno se queda con el sabor de que son insuficientes. Estamos acá un grupo de personas de diferentes países con una vocación por la paz, la tolerancia, la integración y la convivencia. Creemos que esto debería ser un trabajo constante, en cada uno de los países y entre nosotros. Todo lo que se haga en función de esto es poco. La presencia de la cultura de la muerte, por sobre la cultura de la paz y de la solidaridad es por una razón: la percepción directa de la violencia vende mucho más que lo que puede significar la parte feliz de las noticias, o lo que se llaman buenas noticias. Recuerdo el comentario periodístico en nuestros países de que “las buenas noticias no son noticia” y la paz es una buena noticia siempre. Por otro lado, la cuestión es tan compleja; tiene tantas variables insertas en ella, que cada vez que nos reunimos, encontramos nuevos elementos para la reflexión.
¿Qué se está comunicando en América Latina?
El proceso es muy complejo. Estamos viviendo una explosión de los medios. Estamos viviendo una explosión del cable. Hay lugares en mi país en donde la gente tiene muy poco dinero para sus hábitos, para sobrevivir, pero paga la luz porque le permite recibir el cable. Es una manera de tener una adaptación cotidiana con el mundo o de tener espacios de gratificación en situaciones tan dura. ¿Qué se comunica?... la oferta es muy variada. La televisión estalló, la radio estalló, las FM´s por todos lados y la comunicación que se da es inédita. La gente participa muchísimo. Ya no hay esa relación lineal y vertical de hace 30 años. Hay una relación interactiva. Las tendencias son fuertes. Yo hice un análisis muy loco, de varias horas de transmisión en un día de los canales de televisión de cable en Guatemala. Era una oferta de 42 canales en ese momento y ¡27 estaban transmitiendo violencia!. De manera que estamos con tendencias que soñamos se reviertan, sin plantear cuestiones de control y de censura, que siempre son negativas.
¿Siguen los medios de comunicación sin tomar en cuentas a los niños?
Totalmente de acuerdo. Se los toma en cuenta dentro de lo que hace la espectacularización y lo que hace la trivialización. En todo caso, el niño entra como espectáculo, como oferta de mercancía, entra como alimento de la publicidad, entra para llenar espacios televisivos. Tenemos todas estas reinas de los niños, que andan pululando por América Latina y si no, escucha el programa con atención, el 80% del programa corresponde a la voz de ella. Los niños están allí para pegar gritos y comerse en un helado -a ver quién lo come más rápido- y todas esas cosas qué, bueno son juegos, pero no son todo lo que se puede ofrecer a la creatividad de un niño.
¿Qué piensa sobre el futuro de Internet y la globalización?
Las potencialidades son inmensas. Internet es un foro que no quiere discriminar a nadie. Hay peleas muy fuertes en EEUU para tratar de controlar lo que supone el tráfico de información, sobre todo pornografía y armas. Incluso en esos puntos se pretende que no se intervenga. Lo que pasa es que es terriblemente minoritario en estos momentos para América Latina. Pero, las posibilidades de intercambio y de relación están allí, como están en las relaciones cara a cara. Yo no puedo estar soñando que mi vida de intelectual se va a canalizar solo a través de Internet. El intelectual se canaliza a través de todo lo que pueda comunicar en todas las direcciones. Eso es un riesgo, porque hay gente que entrega su ser a Internet y está uno hablando con fantasmas. Hay un momento en que se tiene que volver la mirada sobre el propio contexto y sobre la propia relación.
La Declaración de Cuenca
Nosotros los participantes de la “Reunión Técnica sobre Paz, Tolerancia e Integración: el papel de los medios de comunicación, auspiciada por la UNESCO y la Universidad del Azuay y realizada en Cuenca, Ecuador, el 30 y 31 de julio de 1996, haciendo nuestra la definición de paz expresada en el Plan UNESCO, como:
“El conjunto de valores, que, inspirándose en ella, reflejan el respeto de la vida, de la persona humana, de su dignidad y sus derechos, el rechazo a la violencia, comprendidas todas las formas de terrorismo y la adhesión a los principios de libertad, justicia, solidaridad, tolerancia y entendimiento, tanto entre los pueblos, como entre los grupos y las personas”.
Recordando las experiencias recogidas en la reunión de periodistas de Panamá, promovida por la UNESCO y el Convenio Andrés Bello en mayo 22 y 23 de 1995 y considerando que:
- Aunque permanezcan las tendencias destructivas, la paz y la tolerancia son las actitudes fundamentales de la condición humana.
- La pacífica convivencia sólo es posible en el respeto de a los derechos de todos los seres humanos y que esto se alcanza con el ejercicio de la tolerancia recíproca.
- Las experiencias de integración y de tolerancia que existen no son suficientemente conocidas y que deberán se difundidas y alentadas. Ç
- Los medios de comunicación son importantes mecanismos para cimentar una cultura de paz o, lamentablemente, pueden propiciar una cultura de violencia e intolerancia.
- Como comunicadores sociales no podemos renunciar a ser constructores de una sociedad tolerante.
- El proceso latinoamericano de integración va más allá del campo económico y comprende también la política, lo social, lo ambiental y lo cultural e involucra a todos los grupos sociales.
Por todos estos considerandos, nuestra declaración de 10 numerales en Cuenca, Ecuador, es:
1. Que es fundamental fortalecer una cultura de paz e integración.
2. Que la paz no es solo el silencio de las armas, sino el fortalecimiento de la justicia, la equidad y la tolerancia.
3. Que el trabajo de los medios de comunicación a favor de la paz trasciende el tratamiento periodístico de los conflictos, para asumir un compromiso en la solución de las situaciones de pobreza e ignorancia, así como en las de discriminación y exclusión.
4. Que es necesario alentar la formación de corrientes de opinión en la sociedad, a favor de la integración de los pueblos y una cultura de la paz.
5. Que es necesaria la observancia de códigos de ética, acordados entre los propios comunicadores.
6. Que destacamos y felicitamos la labor integradora y propulsora de la paz que realizan los medios de comunicación en América Latina, que han decidido impulsar redes mancomunadas de información.
7. Que reafirmamos nuestra defensa de la Libertad de Expresión y el derecho a la información, así como rechazamos los obstáculos que interfieren en el ejercicio pleno del periodismo y exigimos el total acceso a la información pública.
8. Que expresamos nuestra solidaridad con todos los comunicadores sociales amenazados y reprimidos por el cumplimiento de sus funciones y rendimos un especial homenaje a la memoria de quienes han sido asesinados en la defensa de la Libertad de Expresión y la paz.
9. Que aplaudimos la iniciativa del UNESCO y de la UDA por habernos reunido en torno a la paz, la tolerancia y la integración.
10. Que exhortamos a la UNESCO a que respalde la formulación de proyectos cuyos términos de referencia fueron aprobados por los asistentes a esta reunión, así como a promocionarlo con el fin de obtener su financiamiento y ejecución; por otra parte, que la organización continúe en esta línea de trabajo y amplíe la convocatoria, hacia reuniones de este mismo tipo y otras relevantes iniciativas en torno al tema.
El papel de la comunicación en una cultura de paz
Otro importante personaje regional que asistió a la “Reunión Técnica sobre Paz, Tolerancia e Integración: el papel de los medios de comunicación”, fue el colombiano Agusto Ramírez Ocampo (1934), abogado, economista, diplomático y político colombiano, miembro del Partido Conservador, fue Alcalde Mayor de Bogotá (1982-1984) y Ministro de Relaciones Exteriores (1984-1986). Durante su gestión como canciller, trabajó en la formación del Grupo de Contadora, una iniciativa diplomática para promover la paz en América Central. Recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1984. También participó en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, contribuyendo a la redacción de la Constitución Política de Colombia.
El mensaje que dejó para las ciudadanas y ciudadanos de Cuenca de buena voluntad es el siguiente:
“Ya nadie discute que los medios de comunicación se han convertido en un poder tan avasallador que en ocasiones supera a los gobiernos y al poder de otras instituciones que se juzgaban determinantes.
Ahora, las guerras, el hambre, los juegos olímpicos, las catástrofes o las bienaventuranzas, solo existen si son comunicados y, los instrumentos en boga, han hecho de la inmediatez y la contigüidad la nueva realidad mundial.
El don de la ubicuidad, antes aceptado solo como atributo de la divinidad, es hoy apenas un subproducto de las imágenes de la televisión, con la que se puede estar en todas partes al mismo tiempo; se pude navegar por el Internet en sorprendentes diálogos con gentes desconocidas y extrañas y, por supuesto, se puede tener un poder devastador, según se ejerza para el bien o para el mal.
Recientemente leí un estudio serio, que hoy un niño norteamericano que llega a los 15 años, ya ha visto la perpetración de por lo menos 50.000 homicidios. Como lo que se siembra se cultiva, no es de extrañar la ocurrencia de asesinatos cometidos por infantes que emulan a sus ídolos, como pasó recientemente en Canadá; imagino que, debido a la tiranía de la televisión, otro tanto les debe estar ocurriendo a los niños de nuestra subregión.
El mercado de la morbosidad humana exige a los comunicadores satisfacer esos instintos primarios y la violencia, en sus detalles más perversos y sanguinarios, se enseñorea en nuestras habitaciones, rompe nuestra intimidad y nos acosa con predicciones malsanas.
La prensa hablada y escrita se sienten también en la obligación de competir en este mercado de la barbarie, en donde lo único destacable es lo dañino, lo malo, los insidiosos instintos biológicos y, por lo tanto, la paz es un quehacer, una tarea humana. La violencia es lo que vende, mientras que las buenas acciones, los grandes consensos, los servicios hazañosos, se mantienen en la penumbra de las páginas interiores, sofocando lo que a la paz conduce y exaltando lo que a la violencia acerca.
¡Cuanta responsabilidad cabe entonces a los medios de comunicación en favor de la paz, de la tolerancia y de la integración!, ¡cuanto podrían ayudarnos a edificar esta cultura de paz y de la vida!, para que el próximo milenio no sea otro milenio de guerra, sino de una maravillosa paz.
¡Cuánto podrían los medios desactiva la educación para la guerra!, que es una creación del hombre y como bien lo afirma Federico Mayor, director general de la UNESCO, nuestros genes no tienen la culpa, la guerra es una invención producto de una cultura… y no, en modo alguno, el resultado de mecanismo de selección natural. ¡Cuánto podrían hacer los medios de comunicación por la tolerancia, que constituye el pedestal para la convivencia!.
A decir de la UNESCO, la tolerancia es:
- El respeto de los derechos y las libertades de los demás.
- El reconocimiento y la aceptación de las diferencias entre las personas.
- El aprender a escuchar a los demás o comunicarse con ellos y entenderlos.
- El reconocimiento de la diversidad cultural.
- El estar abiertos a otras formas de pensar y a otras concepciones.
- El reconocimiento de que ninguna cultura, nación o religión, tienen el monopolio del conocimiento o la verdad.
- Una forma de libertad: libres de prejuicios y de dogmas.
- La persona tolerante es dueña de sus opiniones y de su conducta.
- Una actitud positiva hacia los demás, exenta de todo aire de superioridad.
- Nuestra divisa para la construcción de un nuevo humanismo hacia la paz”.
Comentarios
Publicar un comentario